Estas dos poblaciones Jienenses son las joyas del renacimiento andaluz. Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 2003 Llenas de nobleza, de roca tallada y de tradición cercana a la castellana, son ciudades de historia. Puerta al reino de Granada en los últimos periodos de reconquista, se encuentran entre millones de Olivos y a pocos kilómetros de las Sierras de Cazorla, Las Villas, Segura y Sierra Mágina. Con gran tradición de Cantería cabe destacar la producción de cerámica presente en las tejas de las iglesias y en los alicatados de los zócalos de las casas. Frescos patios entre columnas y arcos de piedra, tinajas, fuentes, pozos, vasijas y lebrillos: la tierra que rodea las dos ciudades, de sedimento arcilloso, aunque camuflado por la espesa capa de olivos, hacen del lugar una de las capitales de los botijos y vajillas.
Patio de la Catedral de Baeza, antigua Mezquita
Ambas localidades fueron conquistadas en 1227 (Baeza) y en 1233 (Úbeda) por Fernando III, llamado “el Santo”. Así pues, estas dos villas vivirían su época de máximo esplendor durante el renacimiento andaluz del s.XVI, que es la época a la que pertenecen la mayoría de sus edificios más ilustres. En este periodo se centra la Visita de Úbeda y Baeza, sin olvidar todo un relato que remonta a la prehistoria.
Universidad de Baeza
Homenaje al paso de Antonio Machado por la Universidad de Baeza.
En la visita de Baeza descubrimos la universidad con la conocida presencia de Antonio Machado.
Úbeda también posee grandes nombres: Francisco de Cobos solicitó a Diego de Siloé el proyecto del Salvador, pero una magnífica elaboración de Andrés de Vandelvira fue el resultado.
La visita de Úbeda y Baeza se puede complementar con la visita del museo del Aceite de oliva en Bejíjar así como con la visita de la catedral de Jaén, en la que se repite la presencia del gran arquitecto Andrés de Vandelvira.